Se besan, los desconocidos.
Juegan a besarse.
Todo es un juego,
indiferencia, probabilidad.
El juego se acaba y siempre pierden.
El que gano y el que perdió.
No hay diluvios,
sólo hay calma,
sólo hay crisis cerebral,
atroz, veloz,
desdibujada,
apachurrada.
Yo soy un delirio,
un marasmo,
un alfiler atravesado.
No hago poesía
destruyo globulos oculares.
Ella no lo ve,
sigue jugando,
inventándose pretextos
para no volver,
para desfallecer las 533 veces
que leyó en una pared.
Las fotos eliminan fisuras del alma,
todo es transparente,
ido,
parecido.
Irreal,
trágico, fugaz,
nada al fin,
sin fin, sin fin..
Me sobreviene las crisis diarias,
en la mañana,
en la tarde
hasta la madrugada.
Es así de fácil,
de complicado, es así.
El principio es el fin.
Un circulo de interminables
alternativas,
de partidas secretas,
de voces llenas de silencio
y de ojos con ante - ojos.
El derrame cerebral pronto llegara,
las mariposas mueren,
mis nervios me avisan.
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